Este texto lo leí en el mismo momento que la profesora lo entregó. Al principio pensé... "que lata, lectura", y dije ya no importa lo leeré... y ya no lo soltaba, cada vez que leí una línea sentía y pensaba que ese es el tipo de profesora que quiero ser yo... saber lo que piensan sus alumnos, lo que sienten y no solamente dedicarme a entregarles conocimientos.
Ella misma (escritora del texto) decía que en otras clases era más difícil hacer este tipo de evaluación, pero no es imposible y me gustaría realizar este desafío en materias como lenguaje o matemáticas.
El texto es una forma muy interesante para reflexionar el tipo de docente que deseo ser en el futuro, y esta profesora me inspiró mucho, sobre todo porque ella dice algo muy cierto, que no es solamente lo que uno como profesora les enseña o les entrega a sus estudiantes, sino también lo que ellos enseñan y entregan a sus profesores.
Un texto que me llegó muchísimo y que deja en evidencia que cada alumno es único y que recibe las clases de distintas formas, es increíble ver y darse cuenta los diversos pensamientos de cada alumno... sin duda un buen método para saber y conocer mucho mejor a nuestros estudiantes ya que es imposible conocerlos a todos, por su diversidad de personalidades. Mi mamá me decía que se necesita mínimo casi toda una vida ejerciendo la profesión para conocer a todos tus alumnos y ni aún así es posible en su totalidad... faltaría más vida para conocerlos a todos.
Con este texto estoy aún más convencida de que elegí lo mejor de mi: Ser profesora!